¿Jóvenes ultraortodoxos en el ejército?

A la fecha Israel enfrenta desafíos de seguridad que obligan no sólo al aumento de las tropas, sino también a una preparación efectiva para tener una ventaja ofensiva en caso de que los conflictos actuales escalen o se aumenten. El criterio legal para definir quiénes están exonerados para prestar el servicio militar obligatorio ha cambiado en Israel. El pasado 25 de junio, la Corte Suprema de Justicia, ordenó que el gobierno israelí que debe incorporar a jóvenes en edad de reclutamiento de las comunidades ultraortodoxas o haredies, anulando la exención de prestar el servicio militar que tenían desde hace 76 años. Los principales argumentos de la Corte se basan en que jurídicamente no es viable mantener un trato diferencial para estas comunidades, ya que no es acorde con la Constitución. Otros de sus argumentos se basan en el análisis de la necesidad operativa actual; tras el ataque del 7 de octubre las Fuerzas de Defensa de Israel han movilizado la mayor incorporación militar desde la guerra árabe israelí de 1973. Para la Corte, el servicio militar, es una obligación de todo ciudadano israelí, sin distinción de sus creencias religiosas. Sus conclusiones también se basan en el estudio de datos estadísticos: antes de ese fallo, 66.000 jóvenes ultraortodoxos estaban exentos de prestar el servicio, representando el 13% de la población, pero se espera que para 2035 alcancen el 19%, por ser el grupo que más crece con un promedio de seis hijos por mujer, frente al promedio nacional de tres. El análisis de estos datos son la bandera de reclamación de grupos seculares que luchan por buscar un equilibrio social, anulando el trato diferencial, frente a los demás grupos sociales que sí están obligados a prestar el servicio. Lo cierto es que gran parte de los grupos ultraortodoxos, anuncian que, a pesar de la orden legal, se negaran a acatar esta ley, incluso si son encarcelados. Para ellos, de acuerdo a su dedicación religiosa, el tiempo de servicio y sus actividades interfiere directamente con los ideales de formación a los que los miembros de su comunidad están llamados a seguir. Ante esto, el gobierno ha establecido una cantidad significativa de subsidios o beneficios financieros destinados a los grupos ultraortodoxos que decidan no cumplir con la obligación de servicio militar, a pesar de este mandato legal.