Pardalito y la abuela

Cuentos para bebés y Niños - Een podcast door Jhon Mayer - Maandagen

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Pardalito era un pájaro muy pequeño que vivía en un bosque lleno de árboles y flores. Le gustaba mucho volar de rama en rama y cantar con sus amigos los otros pájaros. Un día, mientras exploraba el bosque, vio algo que le llamó la atención: una casa de madera con una chimenea humeante. Pardalito se acercó con cuidado y se posó en el alféizar de una ventana. Desde allí pudo ver a una anciana que estaba sentada en un sillón junto al fuego. La anciana tenía el pelo blanco y las manos arrugadas, y sostenía un libro entre sus dedos. Pardalito sintió curiosidad por el libro y se preguntó qué historias contendría. Decidió entrar en la casa para verlo mejor. Con un rápido aleteo, se coló por una rendija de la ventana y se escondió detrás de una cortina. La anciana no se dio cuenta de su presencia y siguió leyendo en voz baja. Pardalito escuchó atentamente y se quedó fascinado por las aventuras que narraba el libro: había princesas y dragones, piratas y tesoros, brujas y hadas… Pardalito deseó poder vivir esas aventuras él también. Así pasaron varios días, en los que Pardalito visitaba la casa de la anciana cada tarde para escuchar sus lecturas. La anciana tampoco se percató de que tenía un pequeño oyente, pues estaba muy absorta en su libro. Pardalito aprendió muchas cosas nuevas y se imaginaba que él era el protagonista de las historias. Se sentía feliz y agradecido con la anciana por compartir su libro con él. Un día, sin embargo, algo cambió. Pardalito llegó a la casa como siempre, pero no vio a la anciana en su sillón. En su lugar, había una nota sobre la mesa que decía: “He ido al pueblo a comprar más libros. Volveré pronto”. Pardalito se alegró de que la anciana fuera a traer más libros, pero también se sintió triste de no poder escucharla ese día. Entonces tuvo una idea: ¿por qué no aprovechar la ocasión para ver el libro por sí mismo? Así podría leer las historias que más le gustaban y quizás descubrir otras nuevas. Pardalito salió de su escondite y voló hasta la mesa. Allí estaba el libro, abierto por una página con una ilustración de un castillo encantado. Pardalito se posó sobre el libro y empezó a leer las letras con dificultad. No estaba acostumbrado a leer, pues nunca había ido a la escuela de los pájaros. Pero gracias a las lecturas de la anciana, había aprendido algunas palabras y podía entender el sentido general del texto. Pardalito leyó con entusiasmo el capítulo del castillo encantado y luego pasó a otro sobre un viaje al espacio. Después leyó otro sobre un reino submarino y otro sobre una selva misteriosa. Estaba tan absorto en su lectura que no se dio cuenta del paso del tiempo ni del ruido que hacía al pasar las páginas con su pico. La anciana regresó a su casa cargada con una bolsa llena de libros nuevos. Al entrar en el salón, se sorprendió al ver a un pájaro sobre su libro favorito. Era Pardalito, que seguía leyendo sin percatarse de su llegada. ¡Hola! ¿Quién eres tú? - le preguntó la anciana con voz amable. Pardalito levantó la cabeza y vio a la anciana. Se asustó al pensar que quizás se enfadaría por haber entrado en su casa y haber tocado su libro. Pero también sintió ganas de hablar con ella y contarle lo mucho que le gustaban sus historias. Hola… Yo soy Pardalito - respondió con timidez. ¿Pardalito? Qué nombre tan bonito - dijo la anciana sonriendo.

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