Episode 462: Escuela Sabática - Lectura 30 de Enero del 2025

Daniel Ramos Podcast - Een podcast door Daniel Ramos - Woensdagen

====================================================SUSCRIBETEhttps://www.youtube.com/channel/UCNpffyr-7_zP1x1lS89ByaQ?sub_confirmation=1==================================================== LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA         I TRIMESTRE DEL 2025Narrado por: Miguel PáezDesde: Bogotá, ColombiaUna cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist ChurchJUEVES 30 DE ENEROMOSTRAR COMPASIÓN Aunque la ira divina es algo “terrible”, de ningún modo es inmoral o contraria al amor. Al contrario, en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, Dios expresa su ira contra el mal a causa de su amor. La ira divina es terrible debido a la insidiosa naturaleza del mal en contraste con la pura bondad y el esplendor de Dios. En este sentido, el amor, no la ira, es esencial para Dios. Donde no hay maldad ni injusticia, no hay ira. En última instancia, la acción más amorosa de Dios, consistente en erradicar el mal del universo, también hará desaparecer la ira y la cólera pues la injusticia y la maldad dejarán de existir para siempre. Solo la dicha y la justicia existirán por la eternidad como resultado de una relación de amor perfecta. Nunca más habrá ira divina porque nunca más habrá necesidad de ella. ¡Qué pensamiento tan maravilloso! A algunos les preocupa que la ira divina pueda interpretarse involuntariamente como una licencia para la venganza humana. Lee Deuteronomio 32:35; Proverbios 20:22; 24:29; Romanos 12:17 a 21; y Hebreos 10:30. ¿Cómo nos protegen estos textos contra la tentación de vengarnos? Según las Escrituras, Dios tiene derecho a dictar sentencia y siempre lo hace con perfecta justicia. Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento reservan explícitamente la venganza a Dios. Como escribe Pablo en Romanos 12:19, citando Deuteronomio 32:35: “No se venguen ustedes mismos, amados míos, antes den lugar a la ira de Dios. Porque escrito está: ‘Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor’ ”. Si bien Dios es quien termina juzgando la injusticia y el mal, Cristo ha abierto un camino para todos los que creen en él. De hecho, Jesús es quien “nos libra de la ira venidera” (1 Tes. 1:10; compara con Rom. 5:8, 9). Esto está de acuerdo con el plan de Dios: “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tes. 5:9). La ira divina no queda anulada, pero quienes tienen fe en Jesús serán liberados de ella gracias a Cristo. ¿De qué manera la expiación de Cristo ha preservado la justicia a la vez que nos ha librado de la ira? Puesto que se ha hecho esa provisión para cada uno de nosotros a pesar de nuestros defectos, ¿cuánto más misericordiosos deberíamos ser con los demás? 

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