1172 - Lamentaciones 2. El castigo por el pecado. Lm 2:2

Descansando en Dios - Een podcast door Francisco Atencio

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1172 – Lm 2:2 – Lamentaciones 2. El castigo por el pecado.Destruyó el Señor, y no perdonó; destruyó en su furor todas las tiendas de Jacob; echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, humilló al reino y a sus príncipes.El centro de atención de Jeremías cambió de la personificación de Jerusalén con su desolación, al castigo enviado por el Señor. Los primeros 10 versos (Lm 2:1-10) describen la ira divina a medida que sistemáticamente, Dios desmantelaba la ciudad durante el castigo. Los versos Lm 2:11-19 contienen (a) el clamor angustioso de Jeremías cuando lloraba por la destrucción de la ciudad que tanto amaba y (b) el llamado a su pueblo a clamar a Jehová. El castigo por el pecado de Judá se presenta en escenas lamentables que se pudieron haber evitado como la muerte de niños e inocentes. Los niños: “Decían a sus madres: ¿Dónde está el trigo y el vino? Desfallecían como heridos en las calles de la ciudad, derramando sus almas en el regazo de sus madres. (Lm 2:12). Jeremías advirtió durante años que el juicio divino llegaría y le dolió en el alma llorando al ver su cumplimiento. El pecado causa gran tristeza y devastación a muchos. Los versos Lm 2:20-22 contienen la respuesta del pueblo, en la cual de nuevo Jerusalén clamó pidiendo al Señor que se compadeciera de su lamentable condición. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él (Dios) es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1Jn 1:8-9).I. La ira divina (Lm 2:1-10). “¡Cómo oscureció el Señor en su furor a la hija de Sion! Derribó del cielo a la tierra la hermosura de Israel, Y no se acordó del estrado de sus pies en el día de su furor.” (Lm 2:1). La segunda endecha inicia centrándose en la causa real de las calamidades de Jerusalén. Jeremías afirma que fue Dios quien destruyó la ciudad y sus moradores. Dios permite el castigo al actuar como Juez justo que hace justicia. “Porque Jehová es justo, y ama la justicia … Los juicios de Jehová son verdad, todos justos…Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios.” (Sal 11:7a; 19:9b; 119:137; Ecl 3:16-17; Col 3:25). Refiriéndose a Dios usa los verbos: rodear, tragar, derribó, destruyó, cortó, desechó, determinó destruir, destruyó y quebrantó. Para Jeremías, Dios era el único responsable de toda la destrucción de Jerusalén. Jeremías explicó que su furor y su enojo estaban dirigidos contra las fortalezas de la hija de Judá (Lm 2:1-4, 12; 2:6, 21-22, 3:1,43, 66; 4:11). La hija de Judá, la hija de Sión es Jerusalén y el estrado de su pies se refiere al arca del pacto (1Cr 28:2; Sal 99:5; 132:7). La ira de Dios también fue dirigida al templo, por lo que el autor dice: “Quitó su tienda como enramada de huerto; Destruyó el lugar en donde se congregaban;”. (Lm 2:6). Jeremías también se refirió al liderazgo de Jerusalén que había sido devastado por Babilonia. Cada grupo encargado por Dios para dirigir al pueblo—el rey, los sacerdotes y los profetas—se vio afectado por la caída de Jerusalén. (Lm 2:8-10). II. El sufrimiento de Jeremías (Lm 2:11-19). ”Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra a causa del quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad. Decían a sus madres: ¿Dónde está el trigo y el vino? Desfallecían como heridos en las calles de la ciudad, Derramando sus almas en el regazo de sus madres.” (Lm 2:11-12).